sábado, abril 25, 2009

Lugar Incorrecto, Momento Equivocado

El segundo tipo se había exaltado. Le había dicho dos veces al viejo que se callara. Se levanta del asiento de la micro en la que iban, pasando a su amigo. El viejo avanzó por el pasillo hacia atrás. Estaban a un metro.

"¡Cállate, conchetumadre!," le gritó al viejo sacando la pistola. El viejo, ebrio, seguía hablando. Esta vez, eso sí, pedía perdón. Yo en serio no entendía por qué seguía hablando, la orden era simple. El tipo jaló el lomo de la pistola hacia atrás y gritó de nuevo "¡Cállate, cállate!," como loco.

A su derecha, con la cara a centímetros del cañón, sin querer mirar hacia el lado, estaba yo. No me atrevía ni a pestañar.

Finalmente el viejo se quedó callado, entre comillas, porque todavía balbuceaba disculpas. El tipo se fue a sentar de nuevo, y todos nos fuimos callados el resto del viaje. Excepto el viejo, que hablaba, pero más bajo.

Esto pasó cuando yo recién me había subido a la micro en Vicuña Mackenna y me había sentado. El viejo se habrá subido un paradero después que yo. Tenía 15 años e iba a ver a mi amigo Víctor, que entonces vivía en La Florida. Algo así como tres paraderos más allá, empecé a respirar de nuevo, y muy de reojo miraba a estos dos tipos que iban al lado mío.

Estaba en la misma ubicación que cuando se subió el tipo del hoyo en la cabeza... no entiendo por qué sigo sentándome ahí.

- peligroso